Hace poco, leí en el periódico el Universal acerca de la maestra Martha Rivera de Monterrey, N.L. que aplicó de forma correcta los protocolos de seguridad en medio de una balacera que se sucitó a unas cuadras de su escuela. Me dió mucho gusto el que en lugares como ese se cuente con esos heroes anónimos que se preocupan por los demás y más el hecho de que fuera una valiente maestra que además de proteger a los pequeños acostándolos en el piso, los puso a cantar "gotitas de chocolate" para distraerlos de la balacera.
Pero por otro lado, me pongo a pensar en el bienestar futuro de esos pequeños, y me gustaría sugerir que las autoridades hicieran algo más por garantizar la seguridad de la escuela que al parecer está ubicada en un sitio conflictivo y es necesario protegerla también con algunos cercos de seguridad bloqueos y demás para alejar las zonas de conflicto entre pandilleros de su entorno. Porque tal parece que a los delincuentes les gusta aterrorizar a la población enfrentandose a balazos entre ellos y con las autoridades en sitios cercanos a escuelas y hospitales, y zonas céntricas y siempre que esto ocurre se pone en riesgo la integridad física de los estudiantes.
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