jueves, 11 de noviembre de 2010

Quisiera poder brindar refugio a todos los niños en riesgo

Hace unos días, en Matamoros, Tamaulipas hubo una balacera en la que murió un Jefe de Narcotraficantes muy importante. La balacera duró varias horas hasta que el ejercito logró su propósito, de hecho en Brownsville, Texas se cerró la frontera. Tengo entendido que como consecuencia de la muerte de este Jefe de Narcotraficantes se teme que aumente la violencia en la zona. Y de hecho muchas familias están buscando emigrar hacia otro sitio más seguro por temor del riesgo que corren en su seguridad. Mi pregunta como maestra es ¿Que hacen los niños pobres que no pueden moverse de ciudad en una situación así?, ¿Acudirán a la Escuela?, ¿Tendrán tranquilidad para estudiar?, ¿Podrán tener una continuidad en sus estudios?, ¿Sentirán temor?. Y la respuesta es que no se, creo que los niños y jóvenes de esas regiones quisieran poder vivir sin miedo, y poder estudiar con tranquilidad y lamentablemente el gobierno no les brinda esa seguridad y tranquilidad que tanto necesitan.
Yo en lo personal trato de brindar refugio en ciudades más tranquilas a algunos de los niños de esa zona que conozco, pero no puedo hacerlo con todos. Me gustaría que el gobierno pudiese brindar un ambiente más seguro y con protección a todos estos niños, por eso considero necesaria la creación de internados en todas las ciudades del país, en donde los jóvenes puedan ir a vivir en ciudades más tranquilas y poder dar continuidad a sus estudios, esos jóvenes necesitan alojamiento barato, casi gratuito que incluya alimentos, comida y supervisión de su comportamiento y de seguimiento de sus estudios para poder convertirse en niños y jóvenes de provecho que cuando retornen a sus comunidades puedan permitir el logro de la paz y tranquilidad tan deseada por todos para poder vivir y trabajar. Si no los ayudamos ahora que lo necesitan tanto, corren el riesgo de caer en manos de la delincuencia y entonces no habrá paz y tranquilidad ni para ellos, ni para sus familiares y mucho menos para las ciudades en que viven.
Ojalá las autoridades puedan hacer algo al respecto, para poder ayudar siquiera a los niños y jóvenes pobres de esas ciudades que por razón de su pobreza sus familias aunque quisieran emigrar a lugares más tranquilos porque comprenden el riesgo que están corriendo, no lo pueden hacer por falta de recursos económicos, pero que se conformarían con que sus hijos salven la vida, y sin perder el contacto con ellos progresen, estudien, tengan un futuro mejor que el de ellos y se conviertan en jóvenes de provecho.

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