jueves, 11 de marzo de 2010

La labor del Padre Chinchachoma



En esta entrada del Blog quisiera resaltar la labor que realizó el Padre Chinchachoma para ayudar a sacar a algunos niños de los peligros de la calle en México y brindarles techo, comida y un poco de educación. He aquí algo de su biografía:
ALEJANDRO GARCIA GUZMÁN DE LARA
(EL PADRE CHINCHACHOMA)
El Padre Chinchachoma se llamaba en realidad Alejandro García Durán de Lara, pero los niños de la calle lo empezaron a llamar "Chinchoma", que quiere decir "hombre sin cabello"; el apodo se fue transformando hasta quedar en el nombre con el que se le conoció.
De origen español, mexicano por opción, y con un corazón universal, el Padre Chinchachoma fué religioso escolapio y dedicó 30 años de su vida a niños de la calle.
El Padre Cinchachoma nació en España y llegó a México en 1969. Murió el 8 de Julio de 1999.
Pastor al estilo de Jesús, comiendo con pecadores, vistiendo al harapiento, visitando al encarcelado, dando de comer austeramente al harapiento, hospedando con pobreza y tibio corazón al callejero, guiando de las calles oscuras a los valles dorados de la vida y trabajo digno a SU grey que su Señor le confió.
De parroquia misionera saltó a ser niño de la calle, a entrar voluntariamente en un orfanato para ser como un chavo más, a recoger a los chicos y chicas de la calle, a desarrollar su propio sistema de rehabilitación de las drogas a través de castigarse cada vez que un niño se drogaba en vez de castigar al niño para que el dolor lo "pariera" y se sintiera amado, pero...es imposible intentar plasmar en unas líneas el legado de Chincha, como todos lo conocíamos.
Su fructífera vida en México. En 1971, un altercado que presenció en el Metro entre un policía y un niño de la calle que se drogaba, cambiaría su vida para siempre.
Una de sus dinámicas era "ser pisado" por los niños maltratados que nunca pudierón defenderse cuando ellos fuerón "pisados" en la calle.
Durante los 30 años que dedicó a ayudar a los desposeídos, Cinchachoma fundó 18 albergues. Hoy, en los llamados HOGARES PROVIDENCIA, viven cientos de niños que antes fuerón de la calle. Ese es su legado más hermoso sin duda, los miles de chicos y chicas que llaman Papá en el sentido más auténtico de la palabra.
Se quitaba un zapato y se lo lanzaba a quien estuviera distraido. Le llamaba el "zapato volador".
Era un personaje carismático, divertido y fué una gran persona a la que tuve oportunidad de conocer.

Lo conocí personalmente cuando asistía a la Universidad y fué a visitarnos (de contrabando por supuesto) para pedirnos ayuda con enseres, alimentos, ropa, muebles o lo que fuera porque estaba construyendo un albergue para los niños de la calle. Nos explicó que había sido sacerdote pero que se tuvo que salir de su orden religiosa porque ésta no le permitía realizar las actividades en las que creía y que siguió fielmente hasta su muerte. Nos explicó que no se salió de su orden por falta de vocación religiosa sino porque los lineamientos de ésta le impedían ayudar a los pobres y necesitados de la forma que deseaba cuidando a los niños de la calle, sacándolos del ambiente en que vivían en que se exponían a todo tipo de peligros, ayudando a todos tanto a los niños de la calle, como a las niñas de la calle, creando sitios para albergarlos, educarlos, guiarlos y cuidarlos.
Por supuesto que todos los compañeros estuvimos dispuestos a ayudarlo y cooperar en lo que fuera que nos pidiera y realmente considero que siempre nos pidió muy poco para la gran tarea que fué la misión de vida que realizó.

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